Hablar sin herir: claves para mantenernos en el nivel del diálogo
- Gabriel Pereyra
- 17 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 jun
¿Alguna vez sentiste que tus palabras, aunque bien intencionadas, terminaron generando distancia o conflicto? Es frustrante querer comunicar algo importante y que el otro se cierre o reaccione a la defensiva. Muchas veces, sin darnos cuenta, hablamos como si nuestras ideas fueran la única verdad, y eso provoca choques inevitables. ¿Cómo evitarlo?

Una estrategia sencilla pero poderosa consiste en comunicar con humildad y claridad que lo que compartimos es solo nuestra opinión, no una verdad inmutable. Cuando usamos frases como “en mi opinión…”, “desde mi perspectiva…” o “así es como yo lo veo…”, no solo dejamos claro que nuestra postura es subjetiva, sino que también invitamos a la otra persona a sentirse segura para expresar la suya.
Este pequeño cambio en la forma de hablar tiene un gran impacto: ayuda a regular nuestras emociones, reduce la tensión y abre espacio para el diálogo genuino. En lugar de entrar en competencia por quién tiene la razón, nos enfocamos en comprender y ser comprendidos.
Además, al reconocer que cada persona tiene su propia visión, construimos puentes de respeto y colaboración. Esto es fundamental para quienes ejercen el rol de coach o desean fortalecer su capacidad de liderazgo, ya que el coaching se basa en escuchar activamente y acompañar a otros en sus procesos sin imponer juicios.
Incorporar esta práctica en nuestra comunicación diaria requiere atención y entrenamiento, pero sus beneficios se reflejan en relaciones más sanas y conversaciones más productivas.
Si quieres profundizar en estas y otras herramientas para transformar tus conversaciones y mejorar tus relaciones, te invito a conocer el curso virtual El Poder del Diálogo, basado en mi libro, donde aprenderás a convertir cada palabra en una oportunidad para conectar y crecer.
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